24 November 2008

Ayudar a los jóvenes a tener experiencias fuertes

Mundo Juvenil Hoy

Condivisione del gruppo di spagnolo

Studenti:
García Mancilla, Luis Daniel
Parra Saavedra, Fernando
Gutiérrez Pérez, José Antonio
Martín Gómez, Fabián
César Blanco

El grupo comenzó a compartir impresiones teniendo como punto de partida la siguiente pregusta: ¿Cómo hacer para que la juventud como categoría social no se entienda desde los adultos como un malestar social, sino que la realidad juvenil sea tomada en sus elementos positivos? Al respecto se comentó lo siguiente.

Es importante que en primer lugar nos pongamos de acuerdo acerca del concepto de “joven”, para poder hablar de la misma realidad con unos elementos comunes, y así no discutir a partir de lo que cada uno crea entender por “joven” o por “juventud”. Uno de nosotros dice que incluso en un mismo contexto cultural se entienden cosas distintas por “juventud”, por lo que en un contexto intercultural es mucho más diverso. Por consiguiente, añadió el mismo compañero, nuestro lenguaje muchas veces limita nuestra cercanía con los jóvenes; la mayoría de las veces nuestras categorías de comprensión de la fe nos les dicen nada. Es curioso ver como los jóvenes tienen un lenguaje muy selecto, en el que se entienden sólo ellos, y en el que también comunican cosas profundas. Por lo cual, deberíamos tener más presente esta realidad a la hora de acercarnos a ellos.

En este mismo sentido otro integrante del grupo lanzó su pregunta: ¿Estamos dispuestos como agentes de pastoral a aceptar a los jóvenes como son, con todas sus consecuencias? Al respecto alguno del grupo comentó que, desde su experiencia, los agentes de pastoral no quieren a los jóvenes como son, y buscan que éstos sean como ellos creen entender que deben ser.

Otro compañero dijo que en los años de su juventud experimentó esta cierta hostilidad o descalificación del joven por parte del adulto. Sin embargo, comentó con cierta ironía, cuando estos jóvenes llegaron a ser adultos, están tienen la misma actitud de descalificación hacia el joven.

El siguiente miembro del grupo dijo que debemos aprovechar los medios de comunicación para trasmitir los valores del Evangelio. No obstante, también considera conveniente educar a las nuevas generaciones en el uso crítico de estos medios de comunicación; sobre todo para que no condicionen a los jóvenes tan dramáticamente en el proceso de convertirse en personas adultas.

Después otro lanzó la siguiente pregunta. ¿En qué medida podemos aceptar la cultura juvenil, cuidando a la ve la especificidad de la propia religión? Su preocupación es evitar caer en el relativismo religioso, es decir, “todo vale y todo tiene el mismo valor”. De cualquier forma acepta la importancia encarnar el Evangelio en los valores de los jóvenes.

Al respecto uno comentó que el soporte teórico de la propuesta cristiana de espiritualidad es una buena ayuda en el trabajo pastoral. No obstante, dice que hay que estar atento a las particularidades y formas de expresión de la espiritualidad juvenil sin descalificarlas, para hacer nuestra propuesta con más sentido y más posibilidad de eficacia. Advierte sobre el problema de que quizá creemos que los jóvenes sean como fuimos nosotros cuando éramos jóvenes. En este sentido, debemos asimilar que a los jóvenes les gustan las cosas de espiritualidad, pero a su estilo.

Ya entrados en la discusión, se lanzó otra pregunta: ¿Qué es lo que buscan en concreto los jóvenes cuando realizan grandes esfuerzos para poder tener una experiencia espiritual? Al respeto se comentó que indudablemente los jóvenes se interesan por aquellos elementos que les garantice el sentido de la vida, incluso la apuesta de su existencia en algún proyecto de vida concreto. En este sentido, se considera que los jóvenes buscar respuestas sencillas, coherentes y garantizadas por el testimonio de la propia vida, a los grandes interrogantes de la vida. Y quizá es lo que de debe de ofrecer en cualquier proyecto de trabajo con jóvenes.

Al final, se habló de la conveniencia de ayudar a los jóvenes a tener experiencias fuertes de contacto con aspecto profundos de su vida y de su relación con la trascendencia. Lo cual no consiste en llenar los espacios de muchas actividades, sino de hacer silencio, y hablarles con lenguaje y signos que entiendan y les digan algo sin tener que explicarlos mucho.

∞ Fabián Martín Gómez

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